El síndrome de congestión pélvica (SCP) está originado por unas várices que se forman en la pelvis produciendo una congestión sanguínea que desencadena dolor pélvico crónico así como fugas o reflujos desarrollando también várices en la zona genital y en las piernas. Esto está motivado por la insuficiencia de las venas pélvicas y en gran parte, secundario a los embarazos.
Al ser una patología compleja es importante que los profesionales de la salud consideren el SCP como posible causa de dolor pélvico, y tras la sospecha de esta patología, se derive prontamente a una Unidad de Patología Vascular para un adecuado manejo y evitar el peregrinaje de los pacientes a otros servicios. En algunos casos, los pacientes son remitidos con sospecha de dichos síndromes tras realizarse estudios de imagen previos como tac o resonancia.
Ante la sospecha de SCP, se debe continuar el estudio realizando ecografía abdominal y transvaginal, dichos estudios nos aportan valiosa información, que nos orientan a la probable causa. No obstante, la confirmación diagnóstica se realiza mediante la flebografía pélvica, prueba que además permite realizar el tratamiento en el mismo momento.
El tratamiento consiste en la embolización que es la oclusión de esas venas enfermas con reflujo mediante depósito de coils (espirales metálicos). Esto se realiza durante la flebografía pélvica, mínimamente invasiva, con una punción en una vena del brazo que permite realizar tanto el diagnóstico como el tratamiento en el mismo acto.
Cuando la causa es secundaria a la compresión de una vena se realiza la colocación de un stent para abrir la vena y favorecer la circulación de retorno.